Esta casa construida con una impresora de 3D cuesta lo mismo que un iPhone
Se trata de viviendas de 30 metros cuadrados que se pueden construir en menos de 100 horas entre dos personas
Buscar un piso de alquiler asequible puede convertirse en toda una odisea, sobre todo en grandes ciudades. Por ejemplo, en tan sólo 5 años los alquileres han subido un 54% en Madrid y un 64% en la provincia de Barcelona, según los datos de Idealista. Si eres joven, la cosa se complica aún más, según el último informe del Consejo Juventud de España, para una persona de entre 16 y 29 años, alquilar un piso en soledad supone de media el 94,4% de su sueldo.
Fuera de España el panorama no es mejor. En Hong Kong, que mantiene su posición como ciudad más cara del mundo, el precio medio de una vivienda supera el millón de euros. En el ranking, incluido en el informe Global Living elaborado por el grupo CBRE, le sigue Singapur, Vancouver, Los Ángeles, Nueva York y París, entre otras.
La población mundial aumenta cada año, por lo que la demanda de viviendas seguirá subiendo de manera exponencial; pero no se preocupe demasiado, el sector tecnológico ya ha pensado en ello. Uno datos que pueden sonar casi apocalípticos, como si tuviéramos un panorama mundial a lo Mad Max a la vuelta de la esquina, dejan de ser menos alarmantes si echamos un vistazo a las posibilidades de la impresión 3D en el sector inmobiliario.
Los métodos tradicionales de construcción suponen un alto coste en cuanto a materiales y mano de obra, además del tiempo que hay que emplear, factores que repercuten directamente en el bolsillo de los futuros compradores. La impresión 3D elimina todos estos contras de un plumazo, reduce a mínimo el tiempo de construcción, el uso de materias primas y la mano de obra necesaria.
La empresa italiana Wasp ha sido la encargada de tirar la casa por la ventana en cuanto a costes de producción.
La mezcla utilizada se compone en un 25% del suelo extraído en el mismo lugar en donde estará la casa (30% arcilla, 40% limo y 30% arena), más un 40% de arroz cortado con paja, un 25 % de cáscara de arroz y un 10% de cal hidráulica, que se combinan en un molinillo antes de integrarse en el sistema de impresión.
El aislamiento que supone la amalgama de materiales y los techos de madera consiguen que la temperatura en su interior se mantiene sin necesidad de aire acondicionado o calefacción. Además, la construcción de cada módulo está pensada para aprovechar el máximo de luz solar gracias a un gran ventanal colocado con una orientación suroeste.
una buena solución para viviendas alternativas. Curioso
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